martes, 5 de febrero de 2008

¡Adiós!

Ni modo, los tiempos cambian y Blogger no ya no me satisface. A mis tres fans (sí, 3), nos vamos con todo y chivas a mxtn.wordpress.com, donde lo mismo y lo de siempre se mezclarán con lo de costumbre. ¡Allá nos vemos!

viernes, 1 de febrero de 2008

Musa

Mezclado, mecido, mortificado, mortecino, mentira mas mentira, mientras mucho menos moví, mucho más maldije. María, mujer, musa, me mueves. Mas mis miedos mezquinos marcan mi memoria; mucho menos maleable, mucho más maduro, mil maravillas. Mi mañana, mi mente mandó mil mensajes mentales. Mas Maxton miró mil millones más mientras moría…

sábado, 5 de enero de 2008

Merchandising & Brand Sense: el futuro de las marcas, hoy

Ha llegado el momento. Han pasado muchos años de trabajo, hemos conseguido una importante suma de dinero después de arduos años de labor. Todo parece a punto para que nuestra idea, la que concebimos hace tanto y con la que hemos idealizado nuestra vida, se haga una realidad. Vamos a abrir nuestro propio negocio. Determinamos el giro que buscábamos, escudriñamos el local adecuado y en sí, todo lo que requeríamos.

Para cada cosa, claro, contratamos al experto. Piso y techo nuevo, instalación eléctrica y servicios generales, con nuestro arquitecto. Anaqueles y estantes, contactos con los de distribución de productos, sistemas de refrigeración, etc.. Un Ingeniero en Sistemas para un punto de venta, una terminal del banco para poder ofrecer algo más a los clientes. Un administrador y un contador, porque creemos firmemente que cada experto sabe lo que hace. Y, contrario a lo que nos dijeron varios, de que sería un desperdicio de dinero, también contratamos a un Diseñador Gráfico, que basado en su experiencia nos ha vestido el lugar con todo lo que sabe. Así, unas semanas más tarde, estamos listos para abrir al público.

La noche de la inauguración invitamos a la prensa; hemos hecho una campaña de marketing como lo aconsejaron los expertos, en los medios tradicionales. La gente llega, pasa, observa, incluso hace las primeras compras. Está contenta pues es parte de esta nueva experiencia. Las luces, la música y hasta las botanas que se han servido, son un éxito. No se diga de los regalos. Todo parece haber salido de maravilla.

Pasan las semanas y las ventas, que comenzaron despuntando y hasta excediendo nuestra expectativa, inician un lento descenso. Pronto nos damos cuenta de que se están devolviendo los productos que son a consignación. Algunas novedades despiertan interés, pero en general, el descenso es evidente. Por periodos se mantiene, a veces sube, pero es inevitable una voz de alerta: hay peligro si no nos movemos.

De inmediato vamos con los que saben. Aconsejan más publicidad. ¿Más? Estamos en el radio, incluso en la televisión local, aun cuando no es de la calidad que esperamos. Anuncios periódicos en la prensa. Un par de patrocinios. Estamos invirtiendo de manera considerable y no se recupera al ritmo previsto. ¿Es alguna maldición? ¿La competencia? Cada factor se ha analizado, y la teoría nos dice que no deberíamos estar fallando. Y sin embargo, así es.

Así pues… ¿qué hacer?

Nuestra realidad y nuestro presente nos está demostrando, duramente y con consecuencias para todos aquellos que tienen algo que vender, que ese algo que nos pasa les está pasando a todos. Las campañas se sienten efímeras. Los anuncios no resaltan. Los espectaculares se pierden en un galimatías gráfico donde lo mismo es cerveza que una escuela de computo e inglés. La gente prefiere los Podcasts a la radio tradicional, y la televisión ha perdido su impacto opacada por el internet… donde, por cierto, también estamos, pero sin que los resultados nos brinden algo auténtico en cuestión de ventas. Una pregunta más surge en este ambiente cargado de negatividad. ¿Eso ha sido todo? ¿Adiós a la personalización, la creación de grandes marcas con alta recordación y la aspiración a Branding? ¿No quedan espacios que llenar?

Digámosle hola y demos una gran, gran bienvenida, a la quinta dimensión.
Pero antes, dos paréntesis.

Superman llegó a mi vida en el momento preciso. Yo tenía 11 años y una necesidad de encontrar un héroe al cual aspirar y admirar. Cuando lo conocí, cosa curiosa, acababa de morir. Fue un proceso interesantísimo de deconstrucción, pues él era un personaje ya hecho y en él encontraba que cada cosa nueva (para mi, claro está) era exótica y fascinante. De entre todos los villanos, el que más me llenaba de impresión era a Mr. Mxyzptlk. Desde su impronunciable nombre me tenía comprado. Sus diálogos, su manera de ser, su irreverencia y su humor lo eran todo. Ah, y lo más importante, venía de la quinta dimensión. ¡Nunca llegué a comprender eso! En una de tantísimas historias, su verdadero ser de la quinta dimensión es revelado por Lois Lane, explicando que tenía “altura, anchura, profundidad… y un par de cosas más”. La imaginación de los dibujantes dio únicamente para una extraña forma humanoide violácea, llena de aparentes rayos y luz. Pero yo quería saber más.

Luego, en 1999, cuando tenía 16 años, un segundo fenómeno me impactó e incluso me llevó a cambiar mi manera de pensar, de vivir y de concebir mi futuro: The Matrix. La película hizo realidad ante mis ojos lo que por tanto tiempo traté de imaginarme: una dimensión más. La cuarta dimensión. Mis escasas clases de física me enseñaron que el tiempo en sí es una dimensión. Observar algo, pues, en cuarta dimensión, es encontrarle ancho, alto, profundidad, y el tiempo “congelado”. Físicamente imposible, el cine lo hizo realidad. Al menos, me dije poco después, ya solo me falta una cosa de ese par que Lois Lane no supo explicar.

Todos estos recuerdos vienen perfecto al momento de recibir a nuestra quinta dimensión. La de las marcas, claro está. Nos referimos a cada uno de los sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. En este momento, las marcas están apenas en su segunda dimensión, y muchas únicamente en la primera. Podemos verlas, y en el caso de algunas afortunadas, las reconocemos al escucharlas. Pero eso es todo. Elevar una marca requiere de ese je ne se quoi que tanto se ha buscado sin encontrarlo. ¿Qué es lo que ocurre con las fragancias, de las que se puede aprender tanto? Han empleado, además de la vista y el oído, a través de su publicidad espectacular, lo que por obvio es lo principal: el olfato, e incluso el tacto, con sus inconfundibles e inmodificable botellas. Como ejemplo, el Channel No. 5, con figuras como Marilyn Monroe, o más recientemente, Nicole Kidman, que agregan experiencias y rituales (de los que se puede hablar ampliamente por separado) y que la han transformado una marca de cuatro dimensiones. No es de extrañar a nadie el éxito, pero no porque venga dado, sino porque se ha construido a base del uso de todas las dimensiones pertinentes. Elevar una marca podría parecer sencillo, producto únicamente de asociar algo que toque a los sentidos y sea recordable, pero aquí entran en juego otros conceptos como la coherencia y uniformidad en todo lo relacionado con la marca, y la creatividad que se pongo al momento de la elección y puesta en práctica de estas estrategias.

Entonces, hay que responder a la interrogante. ¿Qué hacer cuando percibimos que hemos comenzado a caer? Sencillo: iniciar el arduo camino de llevar a nuestra marca hacia la quinta dimensión, a través de las estrategias que necesite. Estrategia incluso para las que no han caído y desean evitarlo. Hay que agregar que no es lo mismo trabajar en servicios funerarios que en tiendas detallistas, para una refresquera que para un hospital. Así, en específico para cada una, generar dependencia, gusto por la marca, emociones que generen acciones. Lealtad.

Para todo ello es necesario el merchandising, la herramienta del Marketing que tiene como fin lograr que el producto aparezca en el mercado en las mejores condiciones posibles, así como obtener el mayor nivel de ventas en el menor tiempo posible. Esto nos habla de percepciones sensoriales, de ambientes creados para generar acciones. Elementos como el formato, el equilibrio, la iluminación, la lectura, los elementos estructurales y ambientales y sus funciones connotativas y denotativas… todo cuenta al momento de cambiar para mejorar (y claro, vender más).

¿Por qué tuvimos éxito el día de la inauguración? Porque apelamos a todos los sentidos. De manera obvia, la vista, el oído con la música, el gusto y el olfato, indisociables por momentos, con los bocadillos, y claro, el tacto de las cosas que vendimos, los souvenirs que se regalaron, etc. Luego entonces, ¿por qué no extender esa experiencia para todos los días? Claro, personalizando cada aspecto de nuestra marca y cada estímulo como propio de ello.

Y es que, si algo me compró de Mr. Mxyzptlk, fue que él, al menos, sí tenía cinco dimensiones. Vale la pena hacerlo con nuestras marcas.

martes, 6 de noviembre de 2007

Gusteau, profunda experiencia

La vida de un crítico es sencilla en muchos aspectos. Arriesgamos poco y tenemos poder sobre aquellos que ofrecen su trabajo y su servicio a nuestro juicio. Prosperamos con las críticas negativas, divertidas de escribir y de leer. Pero la triste verdad es que en el gran orden de las cosas, cualquier basura tiene más significado que lo que deja ver nuestra crítica.

Pero en ocasiones el crítico sí se arriesga cada vez que descubre y defiende algo nuevo.

El mundo suele ser cruel con el nuevo talento. Las nuevas creaciones, lo nuevo, necesita amigos. Anoche experimenté algo nuevo, una extraordinaria cena de una fuente singular e inesperada. Decir solo que la comida y su creador han desafiado mis prejuicios sobre la buena cocina, subestimaría la realidad: me han tocado en lo más profundo.

En el pasado, jamás oculté mi desdén por el famoso lema del chef Gusteau: "Cualquiera puede cocinar". Pero al fin me doy cuenta de lo que quiso decir en realidad. No cualquiera puede convertirse en un gran artista, pero un gran artista puede provenir de cualquier lado. Es difícil imaginar un orígen más humilde que el del genio que ahora cocina en el restaurante Gusteau; y quien, en opinión de este crítico, es nada menos que el mejor chef de Francia.

Pronto volveré a Gusteau, hambriento.
- Anton Ego

[Ratatouille, Disney-Pixar, 2007]